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"No me gustan los coches".

Hace unos minutos he visto en el cine,a mi pesar,con mi hermano "Cuestión de pelotas" mientras mis padres disfrutaban de "Mar Adentro",la cual yo ya vi en su momento y me gustó bastante. No puedo decir lo mismo de "Cuestión..." porque,sencillamente,no es comparable,he pasado el rato al igual que lo podía haber pasado aquí sentado o en la taza del water pero sigo pensando que la cumbre de ese género fue y seguirá siendo "El diablo metió la mano",el vivo reflejo de mi tardoadolescencia. Tampoco puedo comparar el entretenimiento fugaz de "Cuestión..." con el de "Hellboy" porque,sobre ésta última,depositaba bastantes más espectativas al ser adepto a la obra de Mignola y parecerme cojonuda "El espinazo del diablo" de Del Toro así que resultó una pequeña gran decepción. Mi amigo V,mi único amigo en Cuenca y actual compañero de cuarto,se brindó a acompañarme a verla al cine. No ha leído un puto cómic de Hellboy en su vida pero le alenté a hacer el trabajo final de diseño sobre Mignola el curso pasado y le gustó lo que vió por Internet. El caso es que quedamos y me plantó por otros amigos(el tío es todo un gentleman)para irse esa noche de cañas,toda una contradicción porque hace poco uno de esos "amigos" suyos le hizo algo parecido y le puso de traidor para arriba y,que me aspen si él no ha actuado igual,aunque cada vez me duelen menos este tipo de cosas y espero lo mínimo de la gente,es más,nada como ir solo al cine. He afrontado la nueva temporada de esa tragicómica sit com que es mi vida en Cuenca intentando abrirme,para variar,a actos sociales cada vez que me surgiese la oportunidad pero la vida es perra y a veces se reserva el derecho de admisión. Cierta noche,durante el botelleo(allí,botellón)de rigor,andaba yo practicando el autismo mirando ensimismado a una bonita chica(y su novio,consecuencia inevitable),la cual,me comentaron,había sido vista a las puertas de un bar pidiendo a gritos a los traunseúntes que le propinasen una paliza,cuando se dirigió hacia mí un chaval con un "¡Intégrate!". "No me gustan los coches",respondí con una estúpida sonrisa aproximándome al feliz corro de conductores natos. Ni siquiera creo que escuchasen mi frase. Una de las peores sensaciones que he vivido últimamente es hablar flojo por debajo de la multitud y que todos hagan caso omiso. Me siento como uno de esos viejos al que nadie escucha porque ya no tiene nada que aportar y sólo dice pamplinas. "Intégrate",es fácil de decir cuando tienes los ojos azules y practicas surf. No tengo nada en contra de ese tío,de hecho,es una de esas personas de la residencia que me causa buena impresión pero es chungo que te juzguen sin conocerte. Otro caso parecido aconteció la noche de las novatadas,ese "amigo" al que aludí antes que plantó a V se mostró conmigo más simpático de lo habitual(el alcohol hace milagros)confesándome lo mucho que le preocupaba el hecho de no haberme visto con ninguna tía durante esos dos años allí así que se ofreció a iniciarme en el arte del flirteo con una clase práctica parando a una novata al azar y presentándomela. La chica no era fea aunque,sinceramente,prefiero a la bajita de pelo rizado recogido con un pañuelo y un piercing en el labio que,minutos despúes,estuvo bailando Offspring a mi lado pero esa misma noche vi a un tío(bueno,a más de uno)con cresta rondándole en forma de patadas a modo de dudoso juego. En mi película mental,yo me acerco y grito "eh,déjala en paz",el tipo se aleja y yo le ayudo a incorporarse mientras sonríe a la vez que aparta un rizo de su cara para mirarme a los ojos. Cuando el amigo de V fue a la barra para dejarnos a solas a la chica desconocida y a mí,la conversación fue antológica: yo,el alma de la fiesta,hablándole sobre lugares para salir en Cuenca. "¿Sitios para jugar al duro tenéis?",preguntó ella antes de que sus amigas la arrancasen de mi lado. Nunca he jugado a eso pero siempre me ha parecido idiota porque,si yo quiero emborracharme,bebo sin más preámbulos y se acabó. En fin,a grandes rasgos,todas estas son las razones por las que en ocasiones pienso que mi sitio está encerrado en mi cuarto dibujando,leyendo El Jueves o Rock Sound mientras ceno o mirando las musarañas. En general,mis profesores de este año parecen majos,especialmente,el de Movimientos Artísticos Contemporáneos que,según cuentan las leyendas urbanas,tiene un cameo en "Gente Pez". Me identifico mucho con todos sus comentarios a pesar de que algunos parezcan insultantemente obvios. Hace días me reuní con el decano para llevar a cabo mi reclamación sobre el examen de grabado junto con otra suspensa y una pareja que,pese a estar aprobados,nos apoyaban,gesto que les honró,pero como si oyese llover. Nosotros somos los culpables por no haber mantenido el asunto de puertas para adentro y haber recurrido al vicerectorado porque la ausencia del profesor era legal y nadie estaba obligado a responder a nuestras dudas durante el examen. También es completamente normal que la reclamación sea,a toro pasado,posterior a la firma de actas porque se pueden modificar y el hecho de que la pregunta fuese ambigüa y las medidas estuviesen equivocadas es un asunto entre el profesor y yo. "Si las cosas funcionasen bien al 100% en esta facultad vosotros saldríais perdiendo",dijo el decano. Que les jodan. Valiente gilipollas. Queda patente que estos tíos actúan al límite de la línea que define la ilegalidad,siempre la rozan pero nunca la traspasan,su trabajo consiste en aprenderse de P a Pa estatutos y demás mierdas y su única preocupación es que estas chapuzas salgan al exterior y dañen su imagen. Al menos,fui protagonista esa misma noche de una situación de lo más surealista y divertida,todos los allí presentes fuimos invitados al piso de la chica suspensa para que subastase entre nosotros las pertenencias que le sobraban de la mudanza(al día siguiente,se trasladaba a Bilbao)mientras vimos Gran Hermano bebiendo cerveza caducada con cubitos y cenando cacahuetes,higos y pipas con sabor a goma de borrar(¡!). Olvidé llevarme un cartel que hizo ella misma cuyo epitafio rezaba "¡Disfruta de la vida!" y colgó para superar una depresión que atravesó. La verdad es que me hubiese gustado tenerlo. Tonterías mias. Y pensar que,de buenas a primeras,la parejita no me caía bien con lo majos que fueron acercándome en coche cargado de mis objetos subastados a la residencia...esta noche me despido con ese pensamiento positivo,"las apariencias engañan".

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